En principio queremos dejar bien patente que no estamos en contra de las celebraciones y tradiciones de otras confesiones religiosas, pero ello no implica el que no demos nuestros puntos de vista en torno a determinadas supercherías, especialmente cuando éstas están sustentadas sobre falseamientos históricos y orientadas no al bien espiritual de los seres humanos, sino empleadas como un medio más para explotarlos económicamente, y alienarles mentalmente.
En el orbe católico con el mes de diciembre, llega una época en que al ser humano se le despierta una especie de ternura reprimida. Once meses y medio en que, afanado, sumido en la enajenante tarea diaria, le distraen de su verdadera vocación: amar. El hombre fue creado para amar, pero es en la última quincena del año occidental, por el invierno, cuando se busca el escape hacia la demostración afectuosa. Se hace a un lado el trabajo y el egoísmo cotidiano y aun cuando “sabemos que la situación es apremiante, se hace una pausa, una tímida tregua en el afán diario, para abrazar al prójimo, desearle algo bueno, enviarle una felicitación escrita, hacerle un regalo y olvidar por un momento las diferencias. Todo esto, por unos cuantos días en el que el hombre natural celebra algo que desconoce: la "navidad". (Gonzalo Vega)
Con ello, muchos católicos sienten que su conciencia se libera momentáneamente de todo un cúmulo de despropósitos cometidos contra sus hermanos en el transcurso del año, tiene más en cuenta a su prójimo y hace firme propósito de enmienda para el próximo año, y así, año tras año. La realidad es que ese propósito no deja de ser un simple deseo pasajero que fenece en cuanto pasa el “espíritu navideño”, aparcando a su dios y sus preceptos, hasta las siguientes navidades en que desempolva el belén o ejecuta otro ataque a la naturaleza cortando o haciendo cortar un árbol (es decir, cegando una vida) con el cual adornar su casa y enmascarar su conciencia.
Etimológicamente Navidad significa "día de nacimiento" o "principio de vida".
Por su parte, la palabra inglesa Christmas, significa "Misa de Cristo", aunque las autoridades eclesiásticas católicas la traducen como nacimiento de Cristo.
Pese a todo, si consultamos en la literatura bíblica, nos daremos cuenta de que no existe evidencia más o menos confiable del día o año exactos del nacimiento de Cristo. Al parecer, el año del natalicio de Jesús, no fue el 1º de nuestra era, sino que el 7 o 6 antes de la misma.
Durante el siglo III se propuso celebrar el natalicio de Jesús en diferentes meses, como lo fueron en enero, marzo, abril, mayo, octubre, etc.
De hecho, las iglesias cristianas orientales celebran el nacimiento de Jesús entre el 6 y 8 de enero, y se hacen regalos durante esa fecha, recordando el "Día de Reyes", una tradición oriental de larga data, que corresponde a la supuesta llegada de los Reyes Magos a visitar al niño Jesús.
Con respecto al mundo occidental, fue reciente entre el año 354 y 360 d.C., bajo el pontificado del Papa Liberio, que se escogió la noche del 24 al 25 de diciembre para la celebración de la Navidad. Antes, los cristianos sólo conmemoraban el Domingo de Resurrección, ya que no tenían ni la más mínima idea de cuándo había nacido Jesús.
En Babilonia, (Roma) esta fiesta a Saturno tenía como característica un gran libertinaje y borracheras, semejantes a las orgías navideñas de hoy. Tenía también dos detalles que llaman poderosamente la atención:
Primeramente, se usaban árboles de pino por doquier, para representar el calor del nuevo nacimiento del Dios Sol, en forma de fuego (Libro "El hombre y sus dioses" pag 201). Esto se basaba en una antigua leyenda babilónica: durante una noche, un árbol verde se desarrolló de un tronco muerto. Esto hablaba de que el Dios Sol Nimrod (tronco seco), reencarnaba en Tamuz (árbol verde), cuando su madre Semíramis lo daba a luz en esa noche.
Las leyendas se propagan con los años. Y esta, pasó a ser dominio entre druidas y egipcios y fue adoptada por Roma, la que colgó al árbol, entre otras cosas, cerezas rojas, que después fueron bolas brillantes (esferas), como símbolo del Dios Sol. Y esto fue incorporado a la celebración de la navidad hasta el día de hoy.
Alfred Carl Hottes en su libro, Los 1001 Hechos y Caprichos de la Navidad, escribió sobre una celebración invernal siendo llamado por dos nombres festivales diferentes en el tercer y cuarto siglos a.C. Ellos eran llamados Bachanalia y Saturnalia. Los nombres no serán familiares, pero muchas de las tradiciones lo serían. “La gente se entregaron hacia alegría sin desenfreno.” Parte de su de juerga incluía procesiones, aguinaldos, encender velas, decoración de hogares con árboles verdes, bebiendo, haciendo fiestas, y el intercambio de regalos. ¿No suena familiar esto?
Estas prácticas continuaron en Roma, hasta que fueron vistas con gran oposición por parte del cristianismo. El libro La Antigua Religión Romana, de Grant, nos dice que el Senado Romano trato de terminar con esta celebración cuando los cristianos mataron a 7,000 seguidores de la misma.
Como hemos dicho el emperador Aureliano estableció el 25 diciembre como el cumpleaños del "Sol Invencible " en el siglo tercero como parte de las celebraciones romanas del solsticio del invierno. El día de fiesta estaba asociado a las más antiguas Diosas y dioses e héroes paganos. Y muchos de ellos (como Astarté, Isis, Tanit, Oedipus, Theseus, Hércules, Perseus, Jason, Dionysus, Apolo, Mithra, Horus etc.) poseían historias de nacimiento, muerte, y resurrección que se parecían demasiado a la de Jesús. Para peor, la mayoría eran cientos o miles de años ANTERIORES al salvador cristiano. Esta es la razón por la cual Juan Calvino y otros reformadores de la Iglesia Católica no aceptaron la "navidad", el por qué los Puritanos rehusaron reconocerla, muchos menos celebrarla (para ellos, ningún día del año podría ser más santo que el Sabbath), y porqué incluso la navidad fue declarada ilegal en Boston, Estados Unidos de América.
Así pues, los cristianos tardaron bastante en aceptar esta fiesta como parte de su religión. Algunas tradiciones conmemoraban nacimiento del niño Jesús en el vigésimo quinto día, pero nadie parecía poder decidir de que mes. Finalmente, en el 320 d.C. (era común), los papas en roma decidieron celebrarlo en diciembre, en un esfuerzo para eliminar la celebración Mithraica de los Romanos y el Yule de los Celtas y Sajones. La misma Iglesia acepta que esta es una fecha simbólica y no la real. Una clara evidencia de esto es que los pastores no "atienden a sus rebaños " en los pastos durante las noches de invierno. Si uno desear utilizar el nuevo testamento como evidencia histórica, este hecho podría indicar la primavera como una fecha más cercana al nacimiento de Cristo.
Por supuesto, la versión cristiana del solsticio de invierno (que es lo que realmente se celebra) se propagó a muchos países no más rápidamente que el cristianismo en sí mismo, lo que significa que navidad no fue celebrada por ejemplo, en Irlanda hasta el final del siglo quinto; en Inglaterra, Suiza, y Austria hasta el séptimo; en Alemania hasta el octavo; y en los terrenos eslavos hasta el noveno.
Para la gran mayoría de la gente, la pregunta en realidad no es ninguna pregunta. ¿Es cristiana la fiesta de navidad? ¿Por qué esa noche? Simplemente porque el Papa Liberio la fijó como fecha inmutable, ya que ese día los romanos celebraban el nacimiento del Sol Invencible; la fiesta del solsticio de invierno, para festejar la victoria del Sol sobre las tinieblas.
El Sol cada año realiza un viaje olímpico que comienza desde el 25 de Diciembre en adelante, luego regresa otra vez hacia el polo sur, hacia la zona donde está la Antártida; por eso precisamente vale que reflexionemos en su honda significación. Por estos tiempos comienza el frío en el norte, debido precisamente a que el Sol se va alejando, hacia las regiones australes y el 24 de Diciembre, el Sol habrá llegado al máximo en su viaje hacia el sur; si no fuera porque el Sol avanza hacia el norte desde el 25 de Diciembre en adelante, moriríamos de frío. La Tierra entera se convertiría en una mole de hielo y perecería realmente toda criatura, todo aquello que tenga vida.
La Sol física no es más que un símbolo de la Sol Espiritual, de la Diosa-Sol. Cuando los antiguos adoraban a la Sol, cuando le rendían culto, no se referían precisamente a la Sol física, no se le rendían culto a la Sol Espiritual, a la Sol de la Media Noche, a la Diosa -Sol quien debe guiarnos en los Mundos Superiores de Conciencia Cósmica.
Al elegir este día para celebrar la Navidad, los cristianos quisieron simbolizar que el verdadero Sol, el vencedor de las tinieblas del mal, era su profeta Jesús.
¿De dónde viene el Viejito Pascuero, Santa Claus, Papá Noel o San Nicolás?
La tradición cuenta que su nombre viene de un obispo de oriente, Claus, famoso por su amor a los más pequeños y a Jesús.
Como Obispo de Mira (un pueblo en las costas del Mar Mediterráneo), Claus - que ya era considerado santo - se dedicó a lograr que la gente pusiera en práctica las enseñanzas de Jesús, amando al prójimo como a sí mismo, dándole de comer a los que tenían hambre, perdonando a los agresores y llenando de bendiciones a todo el pueblo donde vivía y demás poblados cercanos.
Pero un día cinco de diciembre, cuando Claus se preparaba para recibir la navidad, “dios lo llamó a su lado para que lo ayudara desde el cielo en las festividades navideñas.”
Se dice que a partir de ese día "Santa" Claus se dedica “todos los meses de diciembre a ayudar a Jesús en las fiestas navideñas y a suministrarle dinero a los padres de los niños que se portan bien todo el año, para que la noche de Navidad le compren muchos juguetes en nombre de Claus y el Niño Jesús.”
Sin embargo, la idea del anciano barbón vestido de pantalón y chaqueta rojos fue de un alemán, dibujante de Harper's Weekly, quien pasó parte de su vida en Nueva York. Con el tiempo este personaje se transformó en habitante del Polo Norte, donde tiene su taller de juguetes y sus renos.
Pero sus características de viejito tierno y bonachón se las debe en parte a un pintor llamado Habdon Sudblom, que trabajaba para la fábrica de bebidas Coca Cola. A él se le ocurrió pintar a Santa muy alegre, bonachón, llevando una bolsa llena de juguetes, vestido de rojo, con una barba blanca y barrigón, y, por supuesto, tomando una botella de Coca - Cola.
Con este breve bosquejo en torna a la navidad, sólo pretendemos que nuestros compatriotas tomen conciencia de esta vorágine consumista en la que nos tiene inmerso la llamada civilización occidental, y cuyo fin último, no es otro que incitar al consumismo desenfrenado, al tiempo que resalta las injustas diferencias sociales, promovidas además por una confesión cuyos preceptos recogen en el papel todo lo contrario, pero que en la práctica adopta la actitud de “los tres monos.” Mientras, millones de seres humanos mueren de hambre y faltos de las más elementales medicinas. ¿Es que acaso esos millones de seres hambrientos no son hijos del mismo Dios?.
*Guadameñe. Iglesia del Pueblo Guanche.
La Jardina, aswiskerad 8 n wanghid n 4º akano n tallit taynay tagwancet.
(= La Jardina, miércoles 8 de diciembre del 4º año de la nueva era guanche)
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