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jueves, 23 de mayo de 2013

EL CONVERSO Y PUSILAMINE THENESOR SEMIDAN






1481 Mayo 30. Según la historia oficial, fue bautizado en la Península Ibérica Tenesor Semidan, el converso y traidor más conocido como Fernando Guanarteme, uno de los personajes claves en la toma de Tamaránt por parte de los castellanos al ponerse incondicionalmente al servicio de los invasores. Habiendo dejado de ser Guanarteme por fallecimiento de su esposa (los guanartemes lo eran en función de estar casados con la reina), fue el artífice de la incorporación cruenta de Tamaránt (Gran Canaria), al Reino de Castilla. Viaja varias veces a la Corte de los nefastos Reyes Católicos, quienes apadrinaron su bautizo, ceremonia celebrada en las Cortes Generales de la ciudad de Calatayud, el 30 de mayo de 1481, día de San Fernando. Dejó descendencia en sus hijas las infantas Margarita Fernández - que casa con Miguel de Trejo- y Catalina Hernández de la que hay numerosa descendencia en Tamaránt (Gran Canaria).


1483. Un de las batallas más cruentas de llevada a cabo durante la invasión de Tamaránt (Gran Canaria) por los castellanos fue la de Ajodar, en el transcurso de la misma, su pudo haber cambiado el curso de la historia colonial de nuestra nación, de no haberse interpuesto el converso Thenesor Semidan, totalmente entregado a la causa de los invasores, quien con su intervención evitó el total aniquilamiento del ejército mercenario invasor. La economía castellano-aragonesa no hubiese podido soportar los costos de otra armada, (la invasión y conquista de las islas de Benahuare-La Palma- y Chinech-Tenerife- fueron concedidas a mercenarios y empresarios privados a cambio de los despojo del botín consistente en  eslavos, ganados y tierras) por lo cual posiblemente los proyectos de ocupación de la isla hubiesen sido postergados, dando tiempo a la reorganización de los canarios los cuales ya conocían las técnicas de guerra de los invasores y además podían disponer de las armas  modernas arrebatadas a los mismos.

Uno de los relatos en torno a dicha batalla que hasta nosotros ha llegado se lo debemos al criollo Marín de Cubas, (a pesar del error en la fecha, como sabemos Pedro de Vera había desembarcado en Las Isletas el 18 de Agosto de 1480) quien nos describe los entresijos de la misma en los siguientes términos: “Volviendo á Canaria con felicidad de viaje Miguel Mujica y D. Fernando Guadartheme al Puerto de las Isletas, jueves 24 de Octubre del mismo año, fue mucho el gozo de Pedro de Vera por saber cómo tan bien le había ido, y mandóse á Hernán Peraza que dejando á los gomeros á su cuidado, éste fuese con Doña Beatriz á la Gomera; vino al Real á besar la mano de Pedro de Vera y se fue haciendo muchas ofertas y cumplimientos.

Estaban las cosas de Canaria muy revueltas y alteradas, primero con fingidas paces, después de la prisión de Guadartheme quedaron muy tristes cuanto contentos los cristianos, prometieron dar la obediencia en cogiendo la sementera; creyólos Pedro de Vera y faltaron á ello rebelándose y siendo peores que nunca; luego nombraron otro rey ó Guadartheme, llamado antes Tazarte, un gaire alto, seco y prieto, de grande esfuerzo, nombrado por el mes de Marzo después de la prisión del otro y éste hizo matar á dos religiosos de Santo Domingo, de cuatro que asistían con Pedro de Vera, que había traído á Canaria, y fue así: había mucho cigarrón que comía las cebadas y legumbres, sustento de los canarios, y fueron al término de Tafira el P. Fr. Martín de Cañas, que llevaba un Santo Cristo y también para predicarles de caminos de fe de Dios, con Fr. Juan de Lebrija, sacerdotes ambos; fueron arrojados de un alto risco tajado como el tajo de Ronda y nunca soltó de la mano el Santo Cristo el P. Cañas; sus cuerpos llegaron á la sima y por memoria llaman hoy las Cuevas de los Frailes, en Tafira, el sitio donde cayeron por haber al pie del risco algunos socavones ó grutas, escorias de un volcán.

Volvió á España el religioso, Fr. Diego Villavicencio y murió en Sevilla; eran de Jerez de la Frontera. El último quedó en la ermita que se hizo á San Pedro Mártir donde hoy es convento de Santo Domingo.

Dando orden Pedro de Vera de castigar á los canarios, y corregir sus malos términos, andando muy desmandados y atrevidos, dijo á D. Fernando de Guadartheme que les fuese á hablar y presto poner lo que á ello debía necesario enviándoles con Juan Mayor su recado, y pusiese preso á quien fuese causa de las alteraciones. Llevando su demanda caminaron á Gáldar donde estaban muchos canarios que alegres de verle libre y gustosos quisieron luego seguirle y ser con él de parte de Sus Altezas, impidiéronlo allí unos ministros ó capitanes de Tazarte, aunque él asistía en unos riscos muy pendientes y barrancos junto al mar más de cuatro leguas de allí, y Arminda, única heredera de la Isla, su sobrina, muchacha de 18 años, hija de Guanache Semidan, que fue Guadartheme llamado el Bueno; ésta ya estaba casada con un muchacho hijo del Guadartheme de Telde, á quien los españoles llamaron Tazartico, recogidos con mucha gente en la montaña de Bentaiga, y según sus leyes y lo que habían jurado, primero deben escoger la muerte que entregarse; quedó muy triste D. Fernando, y Juan Mayor procuraba reducirlos con la verdad, y no fue posible.

Llegaron á la montaña de Bentaiga, qué es de tierra muy roja á modo de almagre y encima tiene una fábrica admirable de la Naturaleza que es un peñón de riscos muy altos y pendientes en torno con una subida á lo alto muy peligrosa; tiene al pie muchas cuevas y caseríos con cantidades de huesos de gentiles á modo de sepultura, y una fuente de buena agua aunque es poca sale corriente á fuera; había en lo alto muchas familias y ganados que parecían hormigas. Subió á lo alto Don Fernando y Juan Mayor y allí se alegraron de nuevo ofreciéndole el gobierno y mando de Rey como antes, y no lo admitió porque había visto la cara del Rey de Castilla y dádole su verdadera palabra que cumplirá á morir; inclinábanse todos á lo que les suplicaba y prometía con Juan Mayor; admitiólo su sobrina Arminda y no quiso Tazartico, respondieron los de Telde, y por último todos en que no debían desamparar á su Señor natural hasta morir primero; refieren el agravio de Pedro de Vera que fue dejarlos en Lanzarote desnudos enviados á vender y ahora haría lo mismo. Hechas grandes diligencias en sacarles á la verdad se disculpaban en hacer lo que ordenase el Tazarte.

Volviese D. Fernando Guadarheme al fuerte de Gaete, de donde se dio aviso de todo a Pedro de Vera, que luego envió en una barca una compañía y a su hijo Rodrigo de Vera, capitán  de infantería, con otros para lo necesario, de allí salieron en la barca por la costa hacia el sur al poniente de la Isla, y desembarcaron en una playa ahora llamada Tazartico, al pie de un risco así llamado junto á otro muy alto que los divide un barranco llamado Tazarte, porque fue donde Don Fernando, Juan Mayor y Rodrigo de Vera hablaron á Tazarte y Tazartico, que habían llevado la nueva, y fue en vano el viaje; de todo se dio cuenta en el Real y dijo Pedro de Vera: "Pues si ellos no quieren venir acá, yo iré allá".

Prevínose la gente que había de ir contra los canarios á buscar á sus fortalezas, y la prevención de guarnecer el Real que no fuese acometido. Salió con brevedad camino de Gáldar guardando el paso del risco no lo cogiese el enemigo, llegamos á Bentaiga á poner sitio al risco que sola una subida, que un hombre desde arriba puede él solo defender, tiene no más; tomóse la vanguardia Miguel de Mujica con sus 300 vizcaínos; sitió el paso, estuvimos allí quince días en los cuales no sacamos  de los canarios ningún fruto; echaban grandes piedras desde lo alto á rodar, eran á modo de molino con un agujero en medio y un palo atravesado para que cuando rodasen viniesen siempre iguales; matáronnos ocho españoles, y desde lo alto del risco más empinado arrojaban
pedazos de niños divididos en trozos, que se debían morir, que causaba mucho horror á los cristianos; y en tanto peligro quiso acometer Miguel de Mujica sin ocasión; envióse á buscar más gente, y hecho el escuadrón fuimos á acometerles con más furia que la pasada, y nos hallamos engañados porque la noche antes se habían huido todos llevando consigo á su Señora. En lo alto de aquel risco empinado á modo de torre hay una grande llanura con una fuente á modo de charco; dejaron aquella noche una gran hoguera ardiendo con que juzgamos no haber fraude alguno.

Siguiéndoles las huellas dos leguas adelante largas se mejoraron de sitio en otra fortaleza llamada Ajódar; es más angosta que la primera, tendrá de ancho un tiro de arcabuz, los riscos muy pendientes y empinados, la subida dificultosa y sola una veredilla por andenes, en lo alto tenían una fuente bastante para cien personas que allí habría cada día; y aquí tenían á su Señora la Reina, Reconocióse otra vereda por donde se podían huir y en ésta se puso Pedro de Vera con su gente, que era el Tercio Viejo; y por la otra Miguel Mujica con la suya, empezó á subir y habiendo llegado á media cuesta retirando á los canarios y ellos huyendo con gran falsedad á meterlos en el peligro, rodaron tantas piedras juntas y tan grandes, que no se juzgó ni imaginó que tanto daño nos hiciesen, pues nunca los canarios fueron victoriosos si no fue en esta ocasión, mataron del tercio de Mujica 130 hombres, y hubo muchos heridos, y una rueda llegó á Miguel de Mujica y derribándole le quebró ambas piernas, y quedó tan mal herido que vivió quince días; no aprovechaban pies para huir, brazos para subir, dónde no estuviese lleno de peligro, dónde podía escapar hombre con la vida; murieron muchos caballeros de esfuerzo y personas de más cuenta, y muchos heridos de pedradas, lo más de piernas y brazos y tal vez en la cabeza. Pedro de Vera salió retirándose de aquel sitio, llamando la gente á toda prisa, un valle arriba, casi un medio cuarto de legua, á escuadronarse con su tercio, Los canarios juzgando que huíamos bajaron del risco 140 de ellos y quitando las armas á los muertos querían seguirnos; Guadartheme los detuvo, y primero que ellos bajasen cuando pasó el estrago mayor de las ruedas de piedras, les daba voces desde abajo, diciéndoles: "Amigos, parientes, no me matéis, dejad las piedras"; y dejando de arrojarlas, bajaron diciendo: "Salta fuera, Guayedra, que viene el día que hemos de quedar dueños de nuestra tierra, que estos perros traidores, que mataron á su Dios, nos la quieren quitar, y tú por un vestido que te dio el de España te has dejado engañar, y ahora podemos darte otra vez la tierra, salta fuera de peligro, no te mate alguna piedra de éstas",

Algunos castellanos censuraron la tibieza del Guadartheme, pero también los españoles podían tener experiencia de que los canarios siempre desde los riscos tenían armada empalizada y trampas de arrojar piedras, que no era menester que Guadartheme, aunque lo sabía y había usado siempre contra nosotros, ahora quisiera ó no decir lo que tenían tramado á la subida del risco.

Cantaron esta victoria como quisieron, de que Pedro de Vera huyó, que pudiera, mas fue falso; porque retirados en un llano y escuadronados esperamos al enemigo que no quiso llegar aunque Guadartheme se tomaba la mano en apadrinar á los canarios, Juró Pedro de Vera por la barba de vengar la injuria y con alguna poca de cólera llamó á Guadartheme y le mandó que asistiese á enterrar los muertos; hizo traer todos los heridos á desembarcar y el escuadrón fue por tierra á Gáldar y en una Casa Canaria grande hizo Hospital ó enfermería, y en otra grande fuera del lugar decían misas todos los días los religiosos de San Francisco y Santo Domingo y algunos clérigos. Llamóse la iglesia del Sr. Santiago; murió Miguel de Mujica y aquí fue enterrado con honroso enterramiento; dejó por heredero de los maravedíes en que había servido á S. M. que le estaba debiendo de su servicio y préstamos, á su primo Juan de Severio Mujica, en que después le dieron repartimientos. Curados los heridos y dejando lo necesario con un fuerte en el lugar para custodia, dio Pedro de Vera la vuelta al Real de Las Palmas. Mucho contento recibió Pedro de Vera de besar la mano al Obispo D. Juan de Frías, que poco ha había venido de Lanzarote, juzgando estar ya pacífica y allanada la furia de los gentiles y muy admirado de la rebeldía, todo era aplacar la cólera que tenía contra ellos Pedro de Vera; alistó la gente, recogió la más que pudo llevar consigo camino de Gáldar, y el Obispo quiso seguirle y visitar á Santiago, nueva Iglesia y cementerio de invictos héroes muertos por la fe de Jesucristo, como decía el Obispo.

Sabiendo que el enemigo estaba en Tirajana y sus términos, recogió Pedro de Vera poco menos de mil hombres con algunos gomeros que llevó; hizo embarcar compañías por mar llevando lo más estorboso, y lo grueso de la gente llevó por tierra; envió espías delante y salimos de Gáldar día de Santa Engracia por Abril año 1476 miércoles 16; descubrimos por el camino el alto risco de  Bentaiga que ya no tenía gente; tenía árboles en su llanada, una palma y un muy alto pino y dícese tienen allí un buen charco de agua, sitio inhabitable por el mucho hielo y frío. Desembarcó la demás gente en el Puerto Tazartico con silencio por los canarios, que hubo aviso estaban fortificados en una fortaleza llamada Ancite, cerca de Tirajana, que hoy llaman El Sitio; divisábanse otros riscos con más gente llamados Veneguera y Mogán, y antes de sitiar el Peñón de Ancite se mandó á acometer á otras fuerzas y pregonó fuesen todos pasados á cuchillo cuando por bien no se quisiesen dar al Rey de España.

Envió Pedro de Vera á su hijo Rodrigo de Vera con tres compañías y con Guadartheme á un risco peinado altísimo llamado Titana que tenía la subida por una montaña agria y de malos pasos, por donde de improviso ganaron los cristianos la entrada quedando de guarda veinte arcabuceros, no juzgando los canarios el modo de serles tomados los pasos, donde mataron á 25 canarios y los demás pidieron la obediencia con muchas familias que hicieron bajar ante Pedro de Vera y amigablemente fueron perdonados y tratados; trajeron grandes cantidades de bastimentos, gofio, cebada, cecina, cabras, manteca, higos pasados, dátiles y otras cosas de su uso; mandáronle que se fuesen á habitar á Gáldar ó á su territorio como antes.

Luego que estos canarios salieron de Titana, al mismo punto otros desmandados la ocuparon llenándola como hormigas, con más fiereza que los primeros; mandaron fuesen á sitiar á otra llamada Fataga, donde estaba el Rey Tazarte con la gente más feroz y atrevida; en aquella tierra áspera y muy agria envióse delante á Guadartheme para que les avisase del peligro en que todos los canarios estaban de morir á cuchillo no reduciéndose por bien; fue por dos partes á un tiempo, cogidas las entradas y salidas con increíble presteza y valor, que los canarios se hallaron suspensos y aturdidos; halló Guadartheme á un tío suyo que era Faisaje ó Consejero, á quien sentó bien la propuesta de perdonar á los canarios; mandó Pedro de Vera que bajasen todos abajo sin armas, y el feroz de Tazarte no queriendo reducirse ni poder pelear por estar ya sitiados, se llegó á la punta más empinada del risco y cruzando los brazos al pecho dijo dos veces muy alto: "Atistirma, atistirma", y dio una vuelta en el aire y se desriscó de aquella eminencia. Bajó el Faisaje viejo, hermano de la Reina de Gáldar, mujer de Guanache ya difunto, y después fue cristiano y tuvo el nombre del padrino, Juan Delgado; fueron todos perdonados y mandados á sus sitios á coger sus sementeras, de que iban muy gustosos.

Llegamos á otra fortaleza muy larga y áspera llamada Gitagana y por no detenemos pasó el ejército á dar visita á Ansite, lunes 28 de Abril; ésta era la última donde estaba la fuerzas de la isla con el Tazartico, reyezuelo de Telde y la Reina Arminda; tenían propuesto todos primero morir que entregarse, y bien de mañana se hizo escuadronar en tres partes del ejército de á trescientos hombres y las espías hallaron dos fáciles subideros; se pregonó la guerra fuese á sangre, sin perdonar á vidas por estar aquí los culpables en la muerte de Mujica y sus vizcaínos; aquí se reconoció había de costar triunfo la victoria por la rebeldía de los canarios, que habían respondido á todo. Más, Guadartheme se fue á Pedro de Vera, con el semblante tristísimo, casi llorando por el desastroso fin que se les esperaba con su sobrina, y alcanzó de ir primero á hablarla y á ver si podía reducir á algunos. Cogidas ya las entradas con buena guarda de gente, se fue á ellos Guadartheme y al reconocerle alzaron todos á un tiempo, niños, hombres y mujeres los gritos y voceríos que resonó por aquellos barrancos casi media legua fue grande la alegría que de su vista tuvieron; habló á su sobrina y prima que fue reducida con todos los canarios y las canarias y todas las familias que se les llegaron de aquel territorio, menos Tazartico y un Faisaje viejo de Telde, que ambos se desriscaron, llevándose el muchacho al viejo le cogió de un brazo ): diciendo: "Atistirma, atistirma", y de un salto bajaron hechos pedazos.

Bajaron del peñón de Ansite todos los nobles canarios de cabello largo y rubio, sin armas, acompañados de  Guadartheme, rendidos ante Pedro de Vera, dando la obediencia al Rey de Castilla en su nombre y de la Señora, única heredera de toda la tierra, hija única de matrimonio, del legítimo y verdadero señor Guanache Semidán tío de Guadartheme y de otros Gaires y Faisajes, que ellos daban su palabra de llevarla á entregar al Real de Las Palmas en cogiendo sus panes, que sería después de San Juan. Mucho instó Pedro de Vera que viniese luego, mas llevóse en rehenes consigo ciento sesenta canarios de los más esforzados y que asistiesen con Guadartheme y se fuesen á vivir á Gáldar.

Diose fin aquí á la conquista, martes á las diez horas del día 29 de Abril del señor San Pedro Mártir año de 1476 en Ansite, junto á Tirajana donde hoy se llama El Sitio, por memoria.” (Marín de Cubas, [1694] 1993)


ENTREGA DE LA PRINCESA ARMINDA  Y CON ELLA LA ISLA TAMARÁNT


1483. Después del mes de Junio envió Pedro de Vera recado á D. Fernando Guadartheme, que hiciese venir á su sobrina, con los demás nobles sus parientes, al Real, á entregarse como estaba pactado; y luego dieron orden de traerla desde Tirajana por Telde, sin que viniese con ella ningún cristiano español; traíanla en hombros de cuatro capitanes nobles, de cabello largo y rubio, en una andas de palo á modo de parihuelas, sentada, vestida de gamuza á modo de badanas ó pieles adobadas, de color acanelado; venían delante de las andas cuatro capitanes con capotillos de badana llamados tamarcos, braguillas de junco, majos en los pies y guapiletes en la cabeza, y lo
demás desnudo; al lado de las andas, algo hacia atrás, dos tíos suyos Faisajes, y después se seguía un grande acompañamiento de hombres todos que servían de traer las andas á remuda. Salió Pedro de Vera con mucha gente al recibimiento, y ellos hicieron su entrega por medio de la lengua ó intérprete, diciendo que allí venía la Señora de toda la tierra, heredera única y legítima hija de su señor Guanartemy Guanachy Semidan, legítimo dueño y señor de la verdadera línea y sucesión de dominio y señorío de la tierra; y que ella hacía entrega voluntaria, y todos sus tíos y parientes que allí venían, gobernadores de la tierra, en nombre y debajo de la palabra de su señor muy poderoso y católico Rey D. Fernando entregaba su persona y personas al Capitán Mayor de los cristianos que allí presente se halla que es Pedro de Vera, del Rey de Castilla y León. Pedro de Vera y demás caballeros la recibieron á pie, y fue abrazando á todos con mucho cariño; traían todos los canarios el cabello suelto por las espaldas, y la Señora Arminda, que los españoles llamaron Almendrabella, traía vestido un ropón de gamuza con medias mangas hasta la sangraqera y largo hasta los pies, y zapatos de lo mismo pespuntados, y vestía una tunicela debajo de la ropa con cuerpo de jubón á modo de justillo, de más delgada badana; era el cabello largo y rubio, aderezado con arte, y en él puestas algunas cosas de tocado que le habían dado á uso de España; y el faldellín pintado á colores; tendría veinte años, era gruesa y más de mediano cuerpo, robusta, el color algo moreno, ojos grandes y vivos y el rostro algo alegre y celebrada de hermosura, la boca algo larga, la nariz pequeña, algo anchas las ventanas, el cuello redondo y crecida de pechos.

Después que se hubieron adelantado del lado de las andas los dos Faisajes é hicieron entrega de su Señora y los demás pidieron que se encomendase á persona noble, y ellos pidieron que fuese en casa de Francisco de Mayorga con su mujer Juana de Bolaños, que allí estuvo con otras españolas y Pedro de Vera la prometió y juró hacerlo así como todos lo pedían, aunque estuvo siempre á su cuidado y al del Obispo ella fue muy bien recibida y siempre correspondió agradecida al cariño de todos tenía ingenio y discreción, fue cristiana, que luego la prometió de ser llamóse Doña Catalina de quadarthemy, fue su padrino Rodrigo de Vera, hijo de Pedro de Vera, y Francisco Mayorga y su mujer la madrina echóle el agua el Obispo D. Juan de Frías decíale esta Señora á las canarias que aquella era vida de hombres y la que tenían primero era de brutos y fieras salvajes fue casada con un capitán de infantería, D. Ramiro Guzmán, andaluz pasaron á la conquista de Thenerife, no tuvo sucesión él murió de repente, que se presumió ser violentamente. Casaron con españoles otras primas ó parientes de esta Señora. Una hija de Utindana, hermano de quanache, que se llamó Juana quadartheme casó con Francisco de Cabrejas y tuvo sucesión en Gáldar, otra prima, hija del Faisaje tuerto de Tara en Telde, hermano de su madre, se llamó María Guadartheme y casó con Juan Delgado que pasó á Tenerife y tuvo sucesión y otras á este modo, que hubo por línea femenina, donde feneció la generación de los canarios: El Obispo cuidaba con grande celo del regalo de los canarios así viejos, niños, como hombres y mujeres, dándoles de comer y reparos de vestir con liberal mano, que todos la aclamaban como Padre y Santo Prelado, por ser ejemplar su vida siempre.

Diose luego cuenta de todo á España, de que Sus Altezas tuvieron mucho gusto del reducimiento de los canarios y de su buen estado…  (Marín de Cubas [1694] 1993:168-72)


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